Los servicios secretos de Rusia anunciaron el mayor triunfo del Kremlin en la lucha antiterrorista: la muerte de Shamil Basayev, principal jefe militar de la guerrilla separatista chechena y cerebro de los atentados terroristas que han conmocionado el país en el último decenio.
El director del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), Nikolai Patrushev, comunicó delante de las cámaras de televisión al presidente de Rusia, Vladimir Putin, la eliminación del "terrorista numero uno" del país.
Según Patrushev, el jefe guerrillero fue abatido con varios de sus hombres en el territorio de la república Ingush cuando preparaban un atentado terrorista para ensombrecer la cumbre del Grupo de los Ocho, países más industrializados que se inaugura esta semana en San Petersburgo.
El viceprimer ministro de la república Ingush, Bashir Aushev, dijo a la agencia Interfax que Basayev murió el lunes en la localidad de Ekayevo durante una operación "minuciosamente planeada".
"Hubo una gran explosión y todos los que estaban cerca quedaron destrozados", dijo Aushev, quien señaló que el jefe guerrillero fue identificado por los restos de su cabeza y la prótesis de su pierna derecha, que perdió en combate en 2000.
El Kremlin había puesto precio por la cabeza de Basayev: diez millones de dólares por toda información que permitiese capturarle vivo o muerto.