El Tour de "la anarquía", el de la sucesión de Armstrong, disfrutó en Burdeos de su primera jornada de descanso y reflexión, ya que desde antes de su comienzo las noticias han sido, primero polémicas y luego inesperadas, de manera que no existe pronóstico ni quién se lo ponga, en una carrera abierta y desprovista ya de bazas españolas, ya que Valverde tras la caída en la tercera etapa ve la carrera en su casa.
El primer Tour de la era post Armstrong empezó con la exclusión de los favoritos Basso, Ullrich y Vinokurov, y de algún que otro candidato al podio.
A la tercera jornada se marchó con la clavícula rota Alejandro Valverde, y después se pasó por las exhibiciones de McEwen al esprint, con tres victorias, y a la sorprendente contrarreloj de Rennes, donde los favoritos no aparecieron, a excepción del americano Landis.
Los Pirineos están a la vuelta de la esquina y la carrera no se ha perfilado, sino que subirá los primeros puertos con las posibilidades abiertas a muchos corredores.
Se buscan nuevos favoritos, y por derecho la responsabilidad recae en el estadounidense Floyd Landis, el corredor del Phonak que ahora es segundo en la general a 1 minuto del ucraniano Sergei Honchar, líder tras su demostración, a los 36 años, en la primera cronometrada de la 93 edición.
DOCE
Este miércoles 12 llega la montaña, segundo examen para un convulso pelotón que centrará la atención de toda Francia.