Aunque no contó con la presencia de una gran cantidad de fanáticos como la calidad del artista lo ameritaba, al concierto que ofreció el puertorriqueño y casi panameño, Cheo Feliciano, le sobró sentimiento y emoción.
El espectáculo, que se llevó a cabo en el Teatro Anayansi del Centro de Convenciones ATLAPA, se inició puntualmente a las 9 de la noche, y fueron más de tres horas en las que se hizo una retrospectiva de los 50 años de carrera artística de Cheo, desde sus inicios con Tito Rodríguez y Joe Cuba hasta la actualidad.
Un concierto en el que el público y artista interactuaron, donde lo que sobró fue la vitalidad de este joven, como él mismo se llama, de 72 años, que no cesaba de agradecerle al pueblo panameño por todo el amor que le ha brindado desde la primera vez que pisó este suelo istmeño.
LAS SORPRESAS DE LA NOCHE
Y como en todo lo que hace Cheo no pueden faltar los regalos y las sorpresas, la primera de la noche fue la presencia en el escenario del Ministro de Turismo, Rubén Blades, con quien no sólo compartió admiración y elogios mutuos, sino el pegajoso tema Cachondea.
Otros invitados que acompañaron a la estrella puertorriqueña fueron: Leo Almengor, cantando el tema Yo no soy aquel; Dalvert García con quien compartió el bolero No tengo corazón, además de Osvaldo Ayala con su acordeón y la bella voz de Any Tovar.
BUN SABIO CONSEJO
Cheo Feliciano recordó también los momentos más oscuros de su carrera, cuando al igual que otros artistas de la época sucumbió bajo las garras de la droga, pero gracias a su fuerza de voluntad, familia, y amigos como Eddie Palmiere, logró superar ese obstáculo que le ha permitido celebrar 50 años con su gente, por lo que recomedó a los jóvenes alejarse del vicio.
El Señor Sentimiento regaló a su público temas como: Los entierros de mi gente pobre, Todo tiene su final, Contigo aprendí, para finalizar en un verdadero derroche de sentimiento, luego de un maratónico concierto con clásicos como Anacaona, Amada Mía y el que es considerado un tributo a los nacidos en este istmo, Pa la gente panameña.