Estados Unidos asestó ayer un golpe de autoridad en el Mundial Sub-20 al derrotar por 2-1 a una selección brasileña cargada de títulos y galones, pero con un fútbol depreciado que aún así les ha dejado un hilo de esperanza para llegar a octavos de final, si se producen algunos resultados ajenos.
Dos goles de Altidore, a los 25 y 81 minutos, garantizaron la cosecha de siete puntos en la primera fase e interrumpieron las victorias brasileñas en la historia común del Mundial de la categoría. Los suramericanos se impusieron por 3-1 y 2-0 en la edición de 1989, y por 3-0 en la de 1993.
Leandro Lima al minuto 65 dio el empate transitorio a los brasileños, que de haberse mantenido hasta el fin los hubiera obligado a enfrentar a Argentina en la siguiente fase.
El conjunto de Thomas Rongen demostró con creces las razones que lo mantuvieron durante la primera fase en el primer puesto del Grupo D, que completan Polonia (cuatro puntos) y Corea del Sur (uno).