El manejo inadecuado de los desechos hospitalarios en la provincia de Coclé está a punto de convertirse en una bomba de tiempo.
Juan González, jefe del departamento de aseo y ornato del Municipio de Aguadulce, se muestra preocupado por la forma como clínicas y laboratorios privados continúan desechando enseres, como jeringuillas y tubos llenos de sangre a los tinacos, sin las mínimas normas de seguridad, exponiendo a trabajadores y todas aquellas personas que la manipulan.
Asegura que tiene conocimiento de que el Hospital Rafael Estévez mantiene un contrato con una empresa que se encarga de transportar e incinerar desechos hospitalarios, no así las policlínicas, centros de salud, clínicas y laboratorios privados.
Varios empleados de ornato municipal se han reportado como accidentados y puyados con jeringuillas, hasta el momento no se ha detectado que hayan contraído alguna enfermedad infectocontagiosa.
También se informó que otros que arriesgan sus vidas son los pepenadores, entre los que se encuentran niños.
Se ha vuelto común ver entre la basura que se vierte en el crematorio municipal, tanques y cartuchos de diferentes colores con jeringuillas, gazas y tubos de ensayo llenos de sangre.
A pesar de los riesgos, Silverio Araúz pepenador desde hace varios años, dice que la necesidad tiene cara de perro.
RIESGOS
Los tubos de ensayo con sangre se han convertido en la principal preocupación para los trabajadores municipales, que temen contraer alguna enfermedad.