El comedor de la escuela de Martincito en Santiago está a punto de desplomarse, la estructura presenta enormes rajaduras y, como si fuera poco, las madres de familia tienen que preparar los alimentos en un fogón improvisado, porque no tienen estufa.
Aunque usted no lo crea, esta comunidad está a solo 10 minutos de la capital veragüense y aunque han pedido ayuda para solucionar estas necesidades de la escuela, no han logrado conseguir los utensilios.
Los padres de familia dieron a conocer que el comedor es utilizado como depósito de las herramientas agropecuarias, además, es el lugar de preferencia de los murciélagos que ponen en riesgo la salud de los niños.