Con unas medidas de seguridad tan estrictas para el imputado como para los testigos, comenzó el primer juicio en Argentina en el que un sacerdote se sienta en el banquillo de los acusados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar (1976-1983).
Christian Von Wernich empezó a ser juzgado por siete homicidios, 31 casos de torturas y 42 privaciones ilegales de la libertad.
Von Wernich fue capellán de la policía de la provincia de Buenos Aires cuando la jefatura de la mayor fuerza de seguridad del país estaba a cargo del fallecido general Ramón Camps, quien había sido condenado a prisión perpetua en 1986 por delitos de lesa humanidad.