"Crítica es lo que más vendo", dice Canillita

Aet Elisa Tejera C.
Crítica en Línea
Al ver al canillita Samil Beltrán con el cerro de periódicos en la cabeza, una imagen viene de regreso de alguna parte del pasado: caravana de señoras que salen muy temprano a lavar su ropa a quebradas o riachuelos, con todas las tamugas en la testa, retando a la ley de gravedad. La jornada de trabajo de Samil inicia a las 4:30 de la mañana, cuando espera la remesa de periódicos en el centro de distribución. Los diarios llegan como a las cinco, y él los transporta en taxi al lugar de la venta: la entrada de Cerro Patacón, en la Tumba Muerto. Él es uno de los primeros en iniciar la venta de periódicos: a las 6 de la mañana los tiene listos, a la espera que el guardia de tránsito empiece a jugar con el semáforo. Vende alrededor de 350 periódicos al día, y es la Crítica el de mayor venta, por lo que la utiliza para promocionar todos los demás. Comenta Samil que él no tiene ningún pregón en especial, sólo lee los titulares de Crítica, y lo demás le sale de una manera espontánea. "La base del éxito en vender periódico es tiempo y equilibrio ", asegura el canillita, quien hace poco cumplió cuatro años en este negocio. Además de periódico vende billetes de lotería y nos comenta que le gusta lo que hace pero la verdad que si pudiera conseguir trabajo en una empresa fuera mejor. A las 12 del mediodía termina su labor dependiendo de la noticia del día, cuando tiene algún contratiempo termina a las 2 de la tarde; los días que son mejores en ventas son los lunes y miércoles, y por supuesto que los días de quincena. De lunes a viernes vende allí, los sábados también hasta cierta hora y los domingos en Condado del Rey y Altos de Linda Vista y las personas en dichas barriada están contentas con su trabajo. Algunas son muy amables, en especial las de Corredor Norte. Particularmente recuerda a una señora ("no sé ni su nombre", dice) que le compra Crítica: "No tengo ni que preguntarle (...) sólo con ver el carro ya sé qué quiere y se la entrego por la ventanilla" Cuando el día es lluvioso es difícil porque se tiene que mojar para obtener la venta del día, nos dice Samil. Y agrega: "los pongo en la cabeza, luego un plástico, un cartón, y a vender (...) todo es cuestión de tiempo y equilibrio... y ya".
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Cuando el día es lluvioso es difícil porque se tiene que mojar para obtener la venta del día, nos dice Samil. Y agrega: "los pongo en la cabeza, luego un plástico, un cartón, y a vender (...) todo es cuestión de tiempo y equilibrio... y ya".
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