Si en algún momento usted se siente pobre, solo, triste o no amado, solamente revise y medite con su Biblia, estas diez manifestaciones del amor de Dios y se dará cuenta que no hay razón para tales sentimientos.
Me ha creado. Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra y domine a los peces del mar y a todas las aves del cielo y a las bestias y a toda la tierra. Creó Dios al hombre a imagen suya; a imagen de Dios lo creó. Génesis 1,26-27.
Me ha redimido. El es mi Salvador. Tanto amó dios al mundo que no paró hasta dar a su Hijo unigénito a fin de que todos lo que creen en El no perezcan, sino que vivan vida eterna. Jn. 3,16-17.
Me ha hecho hijo suyo. ¡Es mi Padre! Pero a todos los que le recibieron que son los que creen en su nombre, dioles poder de llegar a ser hijos de Dios. Jn. 1,12.
Me busca y me tiende la mano. Es mi auxilio. El Señor es mi pastor nada me faltará. Salmo 22, El Señor es mi luz y mi salvación ¿a quien temeré? Salmo 26.
Si le ofendo se adelanta a ofrecerme el perdón. Padre lleno de misericordia. El hijo pródigo se puso en camino para la casa del Padre. Estando todavía lejos avistole su padre y enterneciéndose las entrañas y corriendo a su encuentro, le echó los brazos al cuello y le dio mil besos. Lucas 15,20.
A pesar de mi ingratitud me llama su amigo. ¡Amigo fiel!. Ya no os llamaré siervos, pues el siervo no sabe lo que hace su señor. Mas os llamaré amigos porque os hecho saber cuantas cosas oí a mi Padre. Jn. 15,14.
Se ha quedado en medio de nosotros y se da en comida. Yo soy el pan de vida, el que viene a mi no tendrá hambre y el que cree en mi no tendrá sed jamás. Jn. 6,35.
Es mi luz en un camino oscuro. Regalo de la Fe. Y volviendo Jesús a hablar al pueblo dijo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina a oscuras. Jn. 8,12.
Me ha dado a su Madre. Habiendo mirado Jesús a su Madre y al discípulo amado que estaba allí dice a su Madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Jn. 19,26-27.
Soy heredero del Reino. El mismo espíritu está dando testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos de Dios y coherederos de Cristo. Rom. 8,16-17.