Por doquier se puede escuchar, leer y visualizar la palabra mágica que ha revolucionado al mundo entero y es tema del momento, hasta nos involucramos en su magia consumiendo los productos, los servicios y la tecnología, tratando de estar actualizados para poder participar en la globalización y no ser desplazados.
Los avances tecnológicos virtuales, la producción en masa, las economías de escala, etc. Traen consigo la innovación, usted puede comprar en cualquier parte del mundo por medios de las redes de computadora, hacer algunas transacciones como pagar la luz, y teléfono entre otros, también vender sus productos o servicios, realmente es algo novedoso.
Pero, sin embargo, es funcional para el consumismo, no así para los productores e intereses criollos, los cuales se encuentran en desventajas en una competencia dispar en la mayoría de los aspectos, por ejemplo: los países que están a la vanguardia en el tema de la globalización, son los que ostentan riqueza y supremacía en este sistema neoliberal, como también holgura en los diversos recursos, como: educación, capacitación, adiestramiento, valores, conciencia en el trabajo, nivel organizacional y remuneración entre otros son algunas de las características que elevan el nivel de vida y productividad en los países desarrollados, paralelo a esto gozan de capacidad de inversión y de tecnología de punta, el objetivo de ellos es el de romper barreras en tiempo y espacio traspasando fronteras, incursionando en un mercado más amplio comercializando sus productos en el mundo entero, sin preocuparse con causa de conocimiento de que esta es una pelea dispar, los estudios de mercado y de factibilidad les permiten reconocer el mercado exógeno, como sus fortalezas, debilidades y amenazas, por ende ellos saben que están incursionando en regiones y países en donde la capacidad de competencia realmente no resiste el embate de sus estrategias neoliberales.
Es importante destacar el papel que protagonizamos los panameños como país, pues todavía no pertenecemos a ninguna región, enfrentando con responsabilidad los desafíos de la globalización, tenemos que seguir avanzando confiando en que nuestros gobernantes son los responsables de implementar estrategias que se ventilen en los debates internacionales.