En Panamá cada vez, hay más niños y niñas buscando el sustento diario en las calles de la urbe.
Estos pequeños trabajadores se ven en los mercados, vías públicas, vertederos y hasta centros nocturnos ofreciendo sus productos y servicios con tal de ganarse el pan de cada día.
Y aunque muchos de ellos quisieran estar en las escuelas, la pobreza ha obligado a que más 50 mil niños estén inmersos en el mercado laboral económicamente activo.
Uno cada tres niños no logra concluir su educación básica, lo que limita superar las condiciones de pobreza en que se encuentra.
Para la Licda Roxana Méndez, una incansable luchadora por el rescate de la niñez en las calles y directora ejecutiva de Casa Esperanza, sentenció que los niños trabajadores están expuestos a factores de riesgos, son víctimas de atropellos, contaminación, abusos psicológicos y sexual y hasta están involucrados en actos de criminalidad y narcotráfico.
Sobre este último aspecto, explicó que los niños y niñas son vulnerables a estar inmiscuidos en delitos de narcotráfico, debido a su inocencia que es aprovechada por los delincuentes.
"Se necesita más colaboración por parte de la comunidad para que denuncien cuando un niño es utilizado para delinquir. Muchas veces la ciudadanía conoce de estos casos, pero prefiere callar", acotó.
Méndez manifestó que para corregir este mal se necesitan acciones más coordinadas, un mayor recurso y tener una actuación más de oficio en los centros nocturnos y una supervisión muy cercana en las calles.
En Panamá, más de la mitad de todos los niños y niñas son pobres, y alrededor de 50 mil están incorporados a la fuerza laboral. Mayormente se ven laborando en zonas urbanas y agrícolas del país.