Domar a un toro es difícil. Ni el mejor torero puede burlarlo seis veces sin que el animal despierte y le enganche sus poderosos cuernos que orgulloso luce ante el mundo.
Pues esta es la historia de un Arabe Unido, que casi logra ser el rey de un torneo llamado Apertura BellSouth, y que tenía como su mascota a un Toro, al que había derrotado tres veces y empatado otras dos.
Pero el animal, que no estaba enamorado de la luna, sino de la Copa, se desató el día final y al ver tan bella la diadema soltó su corazón y se llenó de fuerza para ser el campeón.
Y en la última batalla, el Toro se prendió con el rojo de su sangre para levantar la mirada y en casa ajena sacar todo su arsenal, que escondía en su venas.
Pero el Toro no estaba solo, pues un chico llamado Luis "El Matador" Tejada, fue el héroe que lo ayudó aquella tarde, junto a Mario "Cholito" Méndez y Alfredo "Fellín" Hernández, quienes soltaron el poderío escondido dentro de una bestia poderosa.
La Plaza estaba llena de seguidores del rival, pero el Toro no se dejó intimidar, fue más allá y alegremente elevó su mirada al viento y luego de derrotar a los Arabes se fue a celebrar.
Cuenta la leyenda que el Toro vive en un lugar llamado Pedregal y que hoy día está en este sitio, disfrutando de la Copa, a la que ve todas las noches, pues orgullosamente es el campeón. Y si alguien se la mira hasta se pone celoso, pues parece que el “torito” se anamoró. |