Un gol de Beausejour a la media hora de partido dio a Chile ayer su primera victoria mundialista en 48 años y permitió al equipo de Marcelo Bielsa sumar sus tres primeros puntos ante una floja Honduras (0-1) que, por lo que mostró, se confirma como la cenicienta del grupo.
El último triunfo de Chile en una fase final de la Copa del Mundo se remonta al 10 de junio de 1962, cuando venció, como anfitriona, a la ex Unión Soviética en la ciudad de Santiago (2-1). Desde entonces, no había podido ganar ni un solo encuentro -siete derrotas y seis empates- en sus siguientes cuatro participaciones: Inglaterra66, Alemania74, España82 y Francia98.
En cambio, Honduras, que aún busca el primer triunfo mundialista de su historia, tendrá que esperar porque hoy se encontró con un rival muy superior en lo futbolístico y que mereció, por juego y ocasiones, mucho más.
Lo de Chile pinta bien. Es un equipo dinámico, veloz, atrevido, que juega con las líneas muy juntas, al que le gusta dar un buen trato al balón y practicar un fútbol atractivo. Salió por el partido desde el primer minuto. Y lo hizo atacando sin cesar por las alas, con dos laterales ofensivos como Vidal e Isla y con un Alexis Sánchez hiperactivo por ambas bandas que llevó de cabeza a los laterales hondureños.
Aún así, a Chile le falta instinto asesino si no tiene a Humberto Suazo, su goleador, al que Bielsa reservó ayer después de que el Chupete se haya pasado las dos últimas semanas recuperándose de una lesión muscular.