Las minifaldas de cerca de cuarenta jóvenes holandesas que vestían de naranja y que han sido acusadas por la FIFA de publicitar en el estadio una cerveza que no patrocina el torneo han eclipsado el colorido de los numerosos disfraces que ya se han dejado ver en las gradas de los estadios.
Medios locales como el periódico "The Star" consideran que las rubias holandesas se han convertido en el principal quebradero de cabeza de la FIFA, ya que en una pequeña etiqueta situada en el extremo de la falda se puede leer la palabra Bavaria, marca ajena al Mundial, por lo que la organización expulsó a las jóvenes del estadio.
Todo ocurrió en el encuentro Holanda-Dinamarca del lunes. Durante muchos de los minutos previos a su inicio, la televisión se recreó con las imágenes de las sugerentes jóvenes, todas ellas vestidas igual y con un aspecto físico muy similar.
Quizá esa imagen debió alertar a los profesionales de la mercadotecnia del torneo y lo que al principio fue un argumento televisivo para ambientar el partido, acabó en el segundo tiempo con la expulsión de las jóvenes del graderío.