Al redactar esta columna el lunes 14 de junio, no habían visto acción todos los equipos que participan en el Mundial de Fútbol, ni Brasil ni España habían salido a la cancha para demostrar el talento de sus jugadores o sus aspiraciones al título. Pero lo que hasta ahora nos ha sorprendido de manera favorable fue la actuación de la selección de Alemania que arrolló de manera implacable a la representación de Australia que, estupefacta, veía a los germanos avanzar hacia su marco con ferocidad y fuerza.
Tal vez no se pensaba que los alemanes tuvieran oportunidad de lograr un cuarto título, pero con la demostración de la que hemos sido testigos, deben ser tomados en cuenta como peligroso rival en las próximas rondas.
No debemos olvidarnos de Argentina, que planteó una estrategia interesante, con veloces desbordes del considerado mejor jugador del mundo, Lionel Messi, que al final se encontró con una muralla en el portero de Nigeria.
Otros seleccionados se han quedado un tanto cortos, como por ejemplo Inglaterra que debió conformarse con un magro empate ante un Estados Unidos aguerrido hasta el silbatazo final.
Lo mismo podríamos decir de Francia que no fue capaz de vulnerar el marco de los bicampeones de Uruguay, algo confusos en su primera presentación en esta cita universal del deporte más seguido en todos los países.
Holanda se mostró un tanto errática con Dinamarca, a pesar del triunfo, pero ante un rival con un juego parecido, era esperado un encuentro un tanto confuso, como dos polaridades iguales que terminan repeliéndose.
Italia se tuvo que conformar con terminar tablas con el voluntarioso Paraguay que cedió espacios después de haber logrado anotar primero que el actual campeón mundial.
A estas alturas se habrán obtenido otros resultados que harán resaltar a los posibles favoritos. Brasil y España son dos oncenos que podrían demostrar todo su talento y demostrar que pueden llegar a ceñirse la corona como los titulares del universo.
