El aumento de los productos que integran la Canasta Básica de Alimentos es cosa de todos los días. Ahora le tocó el turno al huevo. Su precio se ha elevado en 22 centésimos; la docena cuesta 30 centésimos más y la unidad la se vende en 15 centésimos en las tiendas de los barrios.
Así mismo se estima que pronto habrá un aumento de cuatro centésimos en la libra de pollo. Se argumenta que los costos de producción se han incrementado. El precio del maíz que representa el 70% de esos costos, han aumentado en 40%.
El huevo por su bajo costo era uno de los alimentos preferidos de los panameños y por ello son los 360 millones de huevos que cada año se producen en las fincas avícolas del país. En tiempos de crisis un arroz con huevo resuelve la alimentación de los más pobres.
Igual sucede con el pollo, que es una de las carnes más baratas en el mercado y la cría de esos animales aumenta cada año y se ubica actualmente en 67 millones al año.
Las medidas de apoyo al sector agropecuario que hace poco dictó el gobierno, demorarán su tiempo en surtir efecto y lo más importante, es que esa ayuda debe también trasladarse a los consumidores y no quedarse en el bolsillo de los consumidores.
Frente a ese panorama y el creciente aumento del petróleo, los panameños deberán soportar cada día aumento tras aumento no sólo en los alimentos, sino también en los servicios básicos.
El costo de vida se les hace más caro a los panameños que observan cada quincena que el cheque que recibían ya no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas. Toda esta situación se va convirtiendo en una especie de caldo de cultivo para que en cualquier momento se produzca una situación de estallido social. Ojalá que el gobierno y los empresarios estén conscientes de ello y que las medidas se pongan en ejecución y no se queden en tanto estudio.