EDITORIAL
La ley del embudo
Mientras los jubilados mendigan y exigen que se les aumente a cuarenta balboas sus pensiones, han encontrado la negativa de la Presidencia de la República, que ignorando el plan de austeridad oficial, ha anunciado la construcción de un edificio de tres pisos para el Ministerio de la Presidencia.
En realidad, en las condiciones de crisis económica que vive el país no se justifica ese gasto tomando en cuenta que Panamá padece de un suministro de agua potable y un déficit habitacional en los barrios marginales del área citadina. Repetidas manifestaciones de protesta se han dado en los últimos días, en las que se cuestiona la "ley del embudo" que impera entre los que nos gobiernan.
A pesar de que la mandataria ha reiterado que sólo puede aumentarle a los jubilados y pensionados diez balboas en vez de los cuarenta balboas que éstos demandan, la palabra de la jefa del Ejecutivo está en duda sobre la base de precedentes en que se dice una cosa hoy y mañana se hace otra.
Prueba fehaciente es que la señora Mireya Moscoso anunció estrepitosamente la prohibición de extracción de arena y cascajo del río Pacora, y esa orden quedó en nada. Por eso es la incertidumbre que tienen los coclesanos, incluyendo las autoridades de la concesión para la extracción de arena submarina en Farallón. Sin embargo, en todos los medios de comunicación salió publicada la prohibición oficial de la pretendida depredación de un recurso como lo es la arena.
Asimismo fue un anuncio de una unidad de hemodiálisis en Chitré y este asunto se ha postergado a tal punto que se instale en la cabecera de la provincia de Herrera. Presuntamente, esa unidad se instalará en el nuevo hospital de Aguadulce, del que nadie ha dicho más sobre el piso que se "perdió" durante la pasada administración.
Todos estos vaivenes mantienen furioso al pueblo que percibe que el Gobierno pierde cada día más credibilidad. Cuando a la mandataria le cuestionan que ya el tiempo de la política y de ser candidata se acabó, se lo dicen con justa razón, porque la gobernabilidad es como un barco a la deriva.
Los cortes de cinta en obras sin mucha trascendencia, el panorama deportivo que es cada día más sombrío porque el INDE no funciona y tiene los coliseos en ruinas, y la constante incoherencia del Gobierno en materia de austeridad están colmando la paciencia de este pueblo del que abusan por su mansedumbre, pero que en realidad es un detonante que en cualquier momento puede hacer un estallido social. Faltan tres años para que finalice esta administración y tanto Gobierno como oposición andan en labor proselitista y de politiquería.
Y con la violencia que se enseñorea y la corrupción galopante evocamos a Rufino Cuervo cuando dijo "El que quiera conocer a Panamá que corra, porque se acaba".
PUNTO CRITICO |
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