En los eventos sociales, así como en el ámbito deportivo y de los espectáculos musicales, hay personas amigas o conocidas que consumen narcóticos, pero los no adictos se hacen los que no ven esa situación o los desentendidos.
Con esta actitud, de alguna manera nos hacemos cómplices, de los que consumen cocaína, marihuana o piedra. Lo correcto es llamarle la atención al sujeto en cuestión y hacerle saber del daño que esas sustancias representan para la salud. Además se le debe advertir que no pretendemos tolerar que se consuman drogas en el lugar en el que coincidimos con él.
Hay algunos matrimonios, donde la esposa o esposo toleran la adicción a las drogas de uno u otro. Cuando se producen accidentes fatales o daños irreparables a la salud, entonces vienen las lamentaciones, por algo que se pudo haber prevenido. El adicto debe buscar ayuda médica para su rehabilitación y los amigos y familiares no deben ser alcahuetes de su vicio. |