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Bush, que se encontrará con el presidente ruso Vladimir Putin el 16 de junio en Eslovenia, propuso la reducción del número de cohetes nucleares estadounidenses en forma paralela a su proyecto. Foto AP  |
El presidente estadounidense George W. Bush intentará convencer personalmente a sus aliados europeos en la OTAN y a Rusia sobre su proyecto de escudo antimisiles, que encuentra obstáculos diplomáticos, tecnológicos y financieros.
Bush anunció hace un mes una revisión de la doctrina de disuasión nuclear originada en la guerra fría, al proponer un sistema de defensa antimisiles para proteger a Estados Unidos y sus aliados contra disparos accidentales, pero principalmente contra la amenaza de países considerados potencialmente peligrosos por Washington, como Corea del Norte, Irak e Irán.
Bush intentó simultáneamente acallar las críticas con el envío de una serie de emisarios a Europa, para consultar a los aliados de Washington en la OTAN, Rusia y países asiáticos.
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, un ferviente partidario del sistema de defensa, aseguró el jueves en Bruselas que la puesta a punto del controvertido escudo era "una cuestión urgente", aunque prometió "consultar estrechamente" a los europeos antes de tomar una decisión.
El proyecto, aunque aplaudido por India, suscita la viva oposición de China y Rusia. Moscú se opone al remplazo del tratado antimisiles ABM de 1972 -como lo desean Bush y Rumsfeld- que prohíbe los sistemas antimisiles nacionales y mantiene a ambas potencias igualmente vulnerables a los ataques de su adversario.
Además, Estados Unidos se encontró con un profundo escepticismo en la mayoría de sus aliados en la OTAN, que están poco convencidos de la utilidad de un escudo y temen una nueva carrera armamentista en el mundo. |
