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Uno de los culpables. Foto AP |
Un indigente pasó de espiar para el Ejército de Guatemala al obispo Juan Gerardi a ser el testigo clave que permitió el viernes al Tribunal Tercero de Sentencia condenar a tres militares y un sacerdote por el asesinato del religioso, cometido el 26 de abril de 1998.
El indigente Rubén Chanax, de 28 años, se convirtió, tras declarar ante el tribunal el pasado 30 de abril, en la figura que fundamentó la acusación de la Fiscalía y la co-acusadora Iglesia católica contra la defensa de, en ese entonces, cinco procesados por el crimen del obispo.
Chanax, con menos de 1,60 metros de estatura, era el "testigo clave" del fiscal especial Leopoldo Zeissig, sin embargo, compareció en el juicio -iniciado el pasado 23 de marzo- convocado por la defensa de los tres militares y el sacerdote Mario Orantes.
La intención de la defensa era desacreditar y destacar las supuestas contradicciones del indigente, quien, desde el día siguiente a la noche del domingo 26 de abril cuando Gerardi fue brutalmente asesinado a golpes, fue el primero en declarar ante el fiscal de entonces, Otto Ardón.
A ese testimonio le siguieron al menos tres citaciones más, incluida la del 17 de enero de 2000, que permitió a la jueza de instrucción, Flor García, ordenar la captura y posterior procesamiento de Orantes, del coronel (r) Disrael Lima Estrada, su hijo, capitán Byron Lima Oliva, y del ex sargento militar, Obdulio Villanueva, quienes finalmente fueron condenados a 30 años. |