El papa Juan Pablo II resistió a un calor sofocante durante la misa de Pentecostés, consagrada a la familia cristiana, que celebró en este puerto croata, dando inclusive la impresión de encontrarse en buen estado físico pese a los problemas de salud que le aquejan por su avanzada edad.
El sumo pontífice de 83 años tuvo que soportar una temperatura de 35 grados, pese a que estaba protegido por una carpa con los colores de la bandera vaticana (amarillo y blanco) en la explanada del puerto de la antigua Fiume.
"El Papa sufre el calor como nosotros. No tiene problemas particulares", indicó a la prensa vaticana el doctor Renato Buzzenetti, uno de los dos médicos que lo siguen en forma contínua.
Este sofocante calor afectó también a las cerca de 120.000 personas procedentes de toda Croacia, así como también de Bosnia, Eslovenia e Italia. |