El disidente cubano Guillermo Fariñas cumplió ayer 100 días en huelga de hambre y sed "escéptico" ante próximos pasos del Gobierno de Raúl Castro con los presos políticos, a quienes, en su opinión, está usando "como piezas de ajedrez".
"Siempre he dicho que soy escéptico ante lo que pueda hacer el Gobierno cubano", declaró ayer a EFE Fariñas, quien el pasado 24 de febrero comenzó un ayuno para pedir a Castro la liberación de los opositores presos enfermos.
El disidente llega a los cien días de su ayuno en un momento de expectación ante los resultados que pueda tener la mediación de la jerarquía católica cubana ante el Gobierno en favor de los presos políticos.