Esta Unión Europea neoliberal encara el déficit con recortes sociales. Quienes hunden países especulando han forzado las grandes rebajas de gasto público. Pero ahora caen del guindo y ven que esos recortes para reducir deuda lastrarán la reactivación. Las bolsas ganan exageradamente un día, eufóricas; pero, acobardadas, lo pierden todo al siguiente. Además de injusto y perverso, este neoliberal sistema es un pitorreo.
Quienes perpetran las inversiones especulativas son los responsables, los actores de los 'mercados'. 'Mercados' con nombres y apellidos, no entes ignotos ni manos invisibles que regulan. Como denuncia el humorista El Roto, los 'mercados' han forzado la miserable salida: "¡La economía hace agua! ¡Arrojad a la población al mar!", ironiza una ilustración suya.
Mientras, el FMI predice que déficit y deuda pueden devenir insostenibles, haciendo así el juego a los pretendidos 'mercados', incapaz de reconocer que, con todos sus cálculos, no olió la crisis ni de lejos.
Martine Aubry, primera secretaria del Partido Socialista francés, reconoce que "para salvar a los pueblos, los Gobiernos europeos no son capaces de ponerse de acuerdo, pero cuando se agitan los mercados, sí". Y Juan Torres se indigna porque "es inaceptable que la deuda que los Gobiernos han emitido para tapar el agujero de la banca (y evitar el colapso de la economía) la suscriban esos mismos bancos, incluso al 10%. Y lo hacen con dinero que reciben del Banco Central Europeo al 1%". ¡Qué buen negocio!
Pero la banca no ha utilizado el dinero público recibido para financiar a empresas (productividad) y consumidores (demanda), sino para especular en los mercados financieros y obtener beneficios indecentes. Una economía de humo.
Como ha dicho el Nobel Stiglitz, "con todos los fondos inyectados para ayudar a los banqueros podrían haberse creado bancos públicos que ya habrían resuelto los problemas de crédito".
Los Gobiernos europeos pretenden calmar los 'mercados' y recortan y recortan. Justo lo contrario de lo que hay que hacer. Dicen que para apaciguar los 'mercados'. No aprenden. Francia e Inglaterra no apaciguaron a Hitler cuando cedieron y cedieron tras la invasión de los Sudetes checoslovacos por los nazis. Y estalló la guerra mundial.