El primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, anunció hoy su dimisión después de apenas ocho meses en el cargo, presionado por la caída en picado de su popularidad tras su decisión de mantener en Okinawa una polémica base militar de Estados Unidos.
En un discurso ante los miembros de su partido televisado, Hatoyama afirmó que se ve obligado a renunciar por la controversia creada por la base militar de Futenma, que ha dominado durante meses el debate político en Japón, así como por varios escándalos financieros que han salpicado su corto mandato.