Pablo Fuentes, un hombre de 28 años, murió a balazos que le propinó su rival, Mario Santana, de 27 años.
Según vecinos del difunto y del homicida, la pelea venía hacía rato por el amor de una mujer en el pueblo de Boca de Toabré, perteneciente al distrito de Donoso, en la Costa Abajo de Colón.
Aparentemente, Fuentes estaba unido con la que fue mujer de su asesino. Con ella tiene dos hijos.
De los enredos amorosos, se conoció que la mujer primero tuvo amoríos con Fuentes, pero Santana le arrebató las atenciones. Sin embargo, Fuentes reconquistó a la susodicha con quien llegó a tener dos hijos.
Supuestamente Santana no se resignaba por la pérdida, ni Fuentes asimilaba que su rival conquistara una vez a su amada.
La lucha entre los dos hombres estuvo latente.
¡EL DIA!
El pasado 24 de mayo, Fuentes -quien estuvo lavando oro en las cabeceras del río Caimito- bajaba de las montañas para regresar a su hogar. Ese oficio lo aprendió con los colombianos, según contó un lugareño.
En el camino se topó con Santana "y es como si hubiera visto al diablo", dijo un vecino.
"Lo maté para defenderme". Es lo que alega Santana.
Según el homicida, cuando Fuentes lo vio ese día, sacó un machete y se le lanzó encima, por lo cual a él no le quedó más remedio que "jalar" por el rifle calibre 22 y disparar. Del cañón del arma salió un cartucho de pólvora que se estrelló en el pecho de Fuentes.
TRAVESIA DEL CADAVER
La imagen muestra el recorrido que tuvo el cuerpo de Fuentes para llegar a la morgue en Colón, un día y medio después de muerto.