Este pregón de trabajar con "cariñito" es propio de una oficina privada que realiza diriamente una producción impresa, pero se aplica a muchos espacios físicos laborales del país. Cualquier similitud es pura coincidencia y no debe considerarse como una crítica directa a usted.
Cuando existen grupos que tienen que interactuar en una parte del proceso de producción de cualquier cosa, siempre se registrarán muchas anomalías. Una de ellas podría ser que un equipo sea más productivo que otro o que las metas no se cumplen a cabalidad, porque el otro equipo de la cadena, o miembros de ese conjunto de trabajadores, no muestra buena actitud en el desempeño de sus funciones.
Hay críticas de lado y lado. El sentido de supervivencia sale a relucir en las reuniones de careo. Unos dicen que es culpa del otro y viceversa, pero, al final, descubrimos que ambos grupos deben mejorar en tiempos de entrega y calidad de trabajo.
"A mí no me hacen cariñitos", así se expresan algunos en las reuniones cuando sienten que su producto lo trabajan al apuro y sin ganas; otros dicen que lo que ocurre aquí es que el personal está desanimado y lo mejor es rotar a los individuos para recibir mejores ideas y planteamientos. En cierta forma, todos necesitamos cambiar porque lo rutinario nos embrutece.
Los cambios en las grandes sociedades han sido la nota característica de su éxito, por ello, apelamos que desde hoy cambie su vida y regale cariño en cada cosa que haga o diga. Tal vez no lo sentirá, pero de seguro la persona que espera de usted sí, sobre todo si usted es un genio en unir elementos gráficos.
El día en que muchos miembros de la sociedad expresen en los pasillos su alegría porque recibió muchos cariñitos, ese será el indicio de que estamos cambiando para ser mejores. Lo único que tenemos que hacer es cambiar de actitud. ¿Sí o no?
