En una serie de reportajes sobre los arrecifes coralinos en el Mar Caribe, la Agencia Británica BBC de Londres realizó un reportaje sobre el efecto del hombre sobre las barreras naturales en la Comarca Kuna Yala. Los periodistas ingleses enfocaron la depredación lujuriosa de algunos indígenas, quienes para vender productos para turistas, han deshecho el ecosistema marino de los atolones e islotes de San Blas. Mientras, otros pobladores de la zona denunciaban que la pesca artesanal era afectada porque las incursiones contra estas criaturas eliminaban los hogares de otros peces y langostas. Pocos notaron la incursión de este medio televisivo europeo, el cual puso en evidencia que la naturaleza está en serio peligro en Panamá.
Como anillo al dedo viene el comunicado de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ANCON), que expresó su preocupación de un bochornoso caso de extracción de corales en las costas de la provincia de Colón, por parte de una empresa multinacional, cargamento que fue decomisado por funcionarios de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), en el Aeropuerto Internacional de Tocumen.
El pasado 11 de abril de 2001, funcionarios de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) decomisaron en un cargamento de 1,500 libras de corales, que la compañía Productos Oceánicos, S. A. pretendía exportar a Estados Unidos, debido a que la empresa no cumplió con los requisitos exigidos por la Ley. El Director Ejecutivo de ANCON, Líder Sucre, afirmó que la extracción de este recurso marino en María Chiquita, área adyacente al Parque Nacional Portobelo, no sólo constituye un atentado contra valiosos ecosistemas de la costa caribeña, sino que afecta un recurso de gran potencial ecoturístico y que garantiza la reproducción de especies que sirven de sustento a la pesca artesanal.
La extracción del coral se dio luego que en los primeros días del mes de abril de este año, la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) autorizara a Productos Oceánicos, S. A, que extrajera y exportara 162 mil libras de un recurso costero conocido como roca viva, lo cual se haría en un período de tres años a razón de 18 mil libras cada 4 meses, es decir, 54 mil libras por año. Aunque en la autorización para "extraer y exportar" el recurso costero conocido como "roca viva", la AMP destacó que "se descartan la extracción de todo material con disposición de organismos vivos sésiles, tales como corales", al detenerse el cargamento de 1,500 libras, los funcionarios de la ANAM evidenciaron que se trataba de corales y otros organismo vivos.
Los directivos de ANCON opinaron que los permisos de extracción de "roca viva" no se deberían otorgar del todo, ya que, como el mismo nombre lo dice, contiene animales (corales y pólipos) vivos y debería respetarse como si fuera el mismo arrecife. De hecho, lo que se estaría exportando es "hábitat coralino". Al realizarse una inspección rutinaria las autoridades de la ANAM, se encontraron cangrejos, algas, erizos, corales y esponjas, por lo cual la empresa acusada obvió las recomendaciones que le había hecho la AMP. Por ello, en vista que en la autorización se advierte que el incumplimiento de cualquiera de las recomendaciones señaladas por la Autoridad Marítima de Panamá, "sería motivo de la suspensión del permiso de extracción y exportación". |