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Antonio Carlos Magalhaes, el que fuera todopoderoso presidente del Senado, renunció ayer miércoles a su cargo de senador admitiendo implícitamente su culpa en la violación del secreto de voto de la Cámara Alta, aunque promete revancha.
Pocas horas antes de leer su discurso de renuncia en el Senado, previsto a las 15H00 (18H00 GMT) empezó a destilar lo que muchos temen pueda ser la pócima de su estrategia tanto durante el acto de renuncia como en el futuro apartado de sus obligaciones de senador: los ataques para no caer en soledad.
En el programa Bom Dia Brasil, de la cadena de televisión Globo, dijo este miércoles que el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, había visto la lista de votación, que debía permanecer secreta, sobre cómo se votó en el proceso de destitución en el Senado de su colega Luiz Estevao, en junio del pasado año.
"Es evidente que él (Cardoso) tiene conocimiento por dos motivos: primero, imagino que (José Roberto) Arruda se la mostró y segundo, él (Cardoso) habló con varias personas, inclusive conmigo, sobre problemas con personas que habían o no votado en aquel proceso de desafuero", dijo Magalhaes. El resultado de aquella votación se conoció por la manipulación del panel electrónico en el Senado cuando Magalhaes, del Partido del Frente Liberal (PFL, derecha), ostentaba la presidencia de la Cámara Alta.
El otro senador implicado en este acto delictivo, José Roberto Arruda, portavoz del Gobierno en el Senado en la fecha, presentó la renuncia a su cargo el jueves pasado, lo que al igual que a Magalhaes, le evitará la apertura de un proceso de destitución que les hubiera mantenido apartados de la política durante ocho años.
En los últimos días, el senador bahiano, que se ha paseado como un emperador por la política brasileña del último medio siglo, también ha empezado a citar nombres de senadores que votaron en contra del desafuero de Estevao. |
