CUARTILLAS
Vocación
 
Milciades A. Ortiz Jr.
Colaborador
La joven me miró fríamente y dijo que quería estudiar periodismo "para no perder el tiempo y estudiar algo en la Universidad". Segundos antes me había mostrado documentos donde señalaban que era una del "doscientos doce": Artículo del Estatuto Universitario que indica que si tienes un índice menor a uno (menor a tres) por tres semestres, debes cambiar de carrera. Alegó que era legal que "buscara otra carrera como periodismo". Entonces le pregunté que si tenía alguna vocación para ser periodista, si estaba consciente de lo difícil que es ejercer el periodismo, los bajos sueldos, sacrificios personales, tensiones, etc. No movió la cabeza para negar las preguntas, pero en su cara se reflejaba que no tenía ninguna vocación para ser periodista. Ni siquiera sabía realmente lo que eso significaba. Sencillamente, como confesó: "Quería estudiar en la Universidad". Entonces, como director de la Escuela de Periodismo le dije que si ese era su deseo, por qué no había estudiado lo suficiente los tres semestres anteriores, en lugar de fracasar de arriba a abajo. Le indiqué que el asunto no era ir a la Universidad para "calentar banca", o tener una posición social de universitaria. Dije que "todas las profesiones deben estudiarse cuando se tienen la vocación y el deseo de hacerlo". Como suelo hacer para convencer a alguien, expliqué que desde que era un estudiante de secundaria me gustó el periodismo. Que escribía trabajos para los murales, hacía periódicos y mimeógrafos y hasta participé en la edición de un periodiquito en el Instituto Nacional. La joven me miró con ganas de decirme algo, pero se calló. Torciendo la boca y cogiendo los documentos de mala forma, se levantó... y se fue a buscar una autoridad superior para que la dejaran entrar a periodismo. Imagino lo malo que habló de mí por no querer aceptar su desfachatez de estudiar algo que no le interesaba, solamente para "no perder el tiempo" (que ya había perdido irresponsablemente durante tres semestres). Algunos dirán que soy estricto, que no doy un "segundo chance" a un alumno; pero para mí una de las causas de los fracasos y la mediocridad, es que hay estudiantes que no tienen vocación para la carrera que pretenden lograr. Debo aceptar que la escuela secundaria pocas veces despierta, orienta y estimula la vocación en el joven. Aunque ahora estemos mucho más modernos que los años cincuenta (cuando estudié en el Instituto Nacional), no creo que los jóvenes ingresen a la Universidad con suficiente vocación. Algunos buscarán carreras que den buen sueldo; otros, que sea "suave", para no matarse mucho al consegir el título. Y los habrá como la jovencita citada (que no es un caso único, dicho sea de paso), que no les importa un rábamo con los estudios. Esa gente sólo va a la "U" por posición social, prestigio, conseguir un novio, no aburrirse en casa (como me confesó alguien una vez), y mil y una razones más...¡menos a la vocación! Ojalá la escuela secundaria tenga actividades para promover y orientar a los jóvenes hacia las diversas carreras, de manera que se desarrolle en ellos su vocación profesional. Cuando se tiene vocación, no importa lo difícil que sea el estudio, ni el salario que se ganará, porque todos esos obstáculos serán pequeños ante el deseo de lograr la profesión que se anhela. Esto vale para periodismo, medicina, leyes, enfermería y en fin, para cualquier profesión. Ya es tiempo que los jóvenes comprendan que a la Universidad de Panamá no se va a perder el tiempo. Y que sean más serios cuando deciden escoger la profesión que determinará su desempeño profesional en la sociedad panameña del futuro.
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