TEMAS DE ACTUALIDAD
¿Cree
usted en Dios...? ¡Demuéstrelo!

Ramundo A. Moore W.
Colaborador
En esta ocasión
voy a compartir con ustedes dos experiencias (vivencias), que
recientemente experimenté, el mismo día, mientras
era pasajero en un transporte colectivo. (Me suele ocurrir cada
vez que opto por viajar en bus, en vez de conducir mi propio
carro... ¡y no me arrepiento!).
LA PRIMERA
Entrando nuestro bus (el "Carlos Jr." de la ruta
Mano de Piedra-Tumba Muerto-Calle 12), a la parada del Mercadito
de Calidonia, pero "por fuera", el conductor pedía
a sus colegas cortesía para acomodarse correctamente dentro
de la parada... Nadie se inmutó, y nadie quiso darse por
aludido... nuestro bus tuvo que seguir toda la distancia, "por
fuera", hasta la parada del Templo Hosanna, en La Cresta.
Cuando pasamos el Seguro, y después la "U",
bajamos en dirección hacia la Tumba Muerto, y es en este
tramo carretero cuando surgió la primera de las dos experiencias
mencionadas. Dos buses, de la ruta Veranillo-Tumba Muerto, sonando
sus bocinas en sucesión, le pedían al conductor
de nuestro bus, que les permitiera "entrar" a la parada.
Nuestro hombre -un siervo de Dios, a quienes todos conocemos
por el apelativo de "El Santo"-, sin pensarlo dos veces,
"aguantó" su máquina, permitiendo que
aquellos quienes más atrás le negaron la misma
cortesía, pudieran acomodarse. ¡Qué cinismo!
Pedir lo que no está dispuesto a dar... y son de los que
se hacen la señal de la cruz cada vez que pasan frente
a una iglesia.
LA SEGUNDA
En este mismo bus, pero en otro punto del trayecto, se suben
dos miembros de REMAR (o TEEN CHALLENGE, no recuerdo bien), uno
de los cuales, antes de solicitar la acostumbrada "donación",
relató lo siguiente: Un muchacho, sentado en un llano,
leía su biblia y hablaba con Dios. Se le acercó
un borracho y le preguntó:
-Oye muchacho, ¿qué haces allí? "Leo
la biblia y hablo con Dios", respondió el chico.
"No seas bobo, no puedes hablar con alguien que no ves...".
Otro día, el mismo muchacho volaba una cometa, se le
acercó el mismo borracho, "Muchacho, ¿y qué
haces allí ahora? "Vuelo mi cometa"... fue la
respuesta. "Tú sí que estás loco, yo
no veo ninguna cometa. "Sostenga este hilo para que te des
cuenta...". Y sosteniendo el borracho el hilo, le dijo el
muchacho, "así como sostienes el hilo de una cometa
que no ves, así también yo hablo con Dios aunque
no lo vea...".
Lector amigo, yo no "doné" nada (estaba ¡limpio!),
en cambio me prometí escribir sobre estos dos hechos,
y como ves, en cada uno de las dos vivencias aquí relatadas,
hay un fuerte sentimiento de fe y creencia, demostrado con hechos,
cargado de humildad cristiana, digno de imitarse. Entonces, pregunto
y amonesto: ¿Creen usted en Dios? ¡Demuéstrelo!
¡Au Revoir!.
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