EDITORIAL
Tiburones a la vista
El pasado domingo hicieron su aparición aproximadamente siete tiburones en lo que se ha denominado Calzada de Amador o playa turística del Causeway. Los escualos merodeaban por los alrededores de esta playa, de aguas poco profundas, mientras la Policía advertía sobre el peligro de la presencia de estos selacios. Evidentemente el peligro era eminente por cuanto el público hacía caso omiso a las indicaciones de las autoridades y temerariamente se acercaban provocativamente a este pez marino asesino. Panamá sigue siendo una ciudad alegre y confiada, y a pesar de que la Calzada de Amador está en mar abierto, no se toman las precauciones que deben regir en una playa tan peligrosa, y que está vedada a los nadadores. Actualmente, la Calzada de Amador está en un proceso de restauración y próximo a convertirse en uno de los polos de desarrollo turístico del país, pero ello no da margen a que los bañistas desafíen temerariamente a los peligros del mar. La aparición de los tiburones es una advertencia que hay que tomar en cuenta y debemos dejar que sean los organismos de seguridad los que se encarguen de exterminar esta plaga marina que no le hace ningún favor al futuro turístico del país. Grandes atracciones tiene la Calzada de Amador como el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y otros laboratorios de biología marina donde se estudia la fauna y la flora de nuestro archipiélago, así como la fisiología del buceo de la Pelamis Platurus. Sin embargo, debemos guardar cautela para preservar toda esta riqueza que no la pueden empañar unos tiburones que sólo ahuyentan la vida marina a pesar de que se desplaza por aguas serenas y tranquilas.
PUNTO CRITICO |
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