Las autoridades panameñas han dado a conocer que cada treinta minutos una mujer panameña es maltratada por su pareja, lo que seguramente, cuando se haya divulgado esta información, nos ubicarán a los panameños en el grupo de los salvajes. Golpear a una mujer es tan indigno que nos hace meditar sobre la poca evolución que tenemos los hombres.
Desconfiar o celar a una mujer o abusar de ella, es negarse la oportunidad de salir adelante. Las mujeres de hoy afianzan su condición de madre, de esposa, de profesional y también de tener un mundo social, que el egoísmo de los hombres nos hace débil por tener miedo de perderlas o de darnos cuenta que tienen un don que las hace muy superior al sexo masculino. Amar a una mujer, no sólo es sentirla en todas las dimensiones, sino darle la oportunidad de su desarrollo integral.
Las damas son capaces de realizar todas las actividades de la vida y hacerlas mejor que el hombre, si es un marido comprensivo. La mujer es demasiado honesta y en su mente, al retornar de las actividades fuera del hogar, regresa con fidelidad y amor.
Las informaciones sobre el abuso contra las mujeres nos hace meditar sobre la posición de los varones. Quién no sabe controlarse ante una mujer, es digno de lástima. |