Pocas organizaciones juveniles han tenido tanta influencia en las sociedades de los países como lo es la Cámara Junior Internacional (CJI). Miles de personas han ingresado a las filas de esta entidad global, con el propósito de cooperar con el entendimiento humano, el acercamiento entre las culturas, el comercio y la paz. Incluso nuestro país ha contribuido a forjar esos propósitos en beneficio de la Humanidad, al ser sede de la reunión que funda esta institución. Casi nadie recuerda que fue en febrero de 1946, cuando se celebró el primer Congreso Mundial de la CJI en la ciudad de Panamá, con 44 delegados de 16 países. En este Congreso se redacta la primera constitución de la entidad. Fue también en este año que C. William Brownfield, de Milwaukee, Wisconsin, (USA) escribió el Credo de la Cámara Junior. Sin mucho despliegue publicitario, Panamá nuevamente ha pasado a formar parte de la historia contemporánea con este evento. De allí nacerá una entidad local vinculada a la Cámara Junior Internacional.
La Cámara Junior es una organización eminentemente humana. Los seres humanos acuden a la violencia cuando las comunicaciones, la comprensión, la paciencia, la tolerancia, la razón y el amor, cesan de existir. El plan de la Cámara Junior es ofrecer a sus miembros oportunidades que refuercen esas cualidades. Lo que se quiere es agrupar, aglutinar. La organización ofrece a jóvenes de muy variados antecedentes sociales, culturales, étnicos, religiosos, económicos y nacionales, numerosas oportunidades de reunirse y conocerse mejor. Y gradualmente, a medida que los miembros de la Cámara Junior buscan maneras de superarse y de mejorar el mundo, surgen y se afianzan entre ellos fuertes vínculos de hermandad y sincera amistad. El propósito de la Cámara Junior es mostrarle al mundo entero: Que todos los seres humanos pueden superarse. que todos son iguales, que el mundo es interdependiente, que el mundo no le pertenece al ser humano sino que el ser humano le pertenece al mundo y que todo ser humano es ciudadano del mundo. En cuanto a los objetivos de la Cámara Junior, éstos están claramente expresados en estas palabras de su fundador, Henry Giessenbier: "Espero que de lo profundo de esta organización, donde descansan los cimientos de la entereza y del civismo, surja algún día un mensaje que mueva a los hombres a establecer una paz duradera en el mundo". Giessenbier tuvo la visión de futuro necesaria para creer que la entereza y el civismo podían contribuir a una paz mundial permanente. Su sueño y el propósito de la Cámara Junior son ofrecer a los miembros oportunidades para forjar jóvenes de entereza y espíritu cívico, no únicamente como ciudadanos de sus comunidades y países, sino como ciudadanos del mundo. El objetivo primordial de la Cámara Junior, inspirado en la Declaración de Principios, es: "Contribuir al adelanto de la comunidad mundial, proporcionando a los jóvenes, la oportunidad de desarrollar la capacidad de liderazgo, la responsabilidad social, el espíritu empresarial y el compañerismo necesarios para crear cambios positivos". La organización fundamenta sus actividades en la premisa de que al forjar el carácter y la personalidad de los ciudadanos, se logran comunidades mejor desarrolladas y, a la larga, un mundo más pacifico. |