Martes 21 de mayo de 2002

 

Otros Sitios de Interés

 



  OPINION

EDITORIAL
Panamá y las ballenas

Japón quiere legalizar la caza masiva de ballenas con fines comerciales. Pero le ha puesto el ojo a los animales que están en el Atlántico sur, donde Brasil y Argentina han logrado establecer un santuario para proteger al cetáceo. Este país asiático, que es uno de los máximos usuarios del Canal de Panamá, y el segundo donante en materia de consultorías y asistencias técnicas, es acusado de estar comprando votos de países pobres para aprobar semejante idea esta semana en la reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI). El informe que se tiene es que el gobierno de Mireya Moscoso, cuando los japoneses le propusieron el tema, contestó "hajimemashite", que quiere decir "¡cómo no!".

Cuando se le pregunta sobre el tema y los fundamentos de la decisión panameña al canciller José Miguel Alemán, él remite a todos los interesados a la Autoridad Marítima Nacional, que está bajo el mando y tutela del también arnulfista Jeremías Salazar quien, se supone, fue el responsable de que se estudiara el asunto, y dio el visto bueno para que Panamá firmara el apoyo a los japoneses.

La flota nipona, con el apoyo de Salazar y el resto del gobierno de Moscoso, asegura que la moratoria internacional para la caza de ballenas ya dio resultado, y hay suficientes animales para volver a la cacería masiva. Sin embargo, las principales organizaciones ecologistas del mundo, incluyendo a la poderosa Greenpeace, aseguran que esto no es cierto, y que las ballenas siguen en extinción después de 50 años de caza indiscriminada (1929 - 1979) que acabó con dos millones de ellas, por lo que permitirle a Japón su destrucción masiva una vez más es un crimen.

¿Para qué quiere la flota ballenera de Japón este permiso? ¿Es tan necesaria la carne de ballena en ese país? Algunos reportes, principalmente originados en Estados Unidos -nación que se opone a Japón en la CBI-, indican que en el país asiático no se consume el producto a gran escala, y se tiene como producto de lujo para unos cuantos grupos de elite. Los recientes sondeos hechos en Japón revelan que apenas un 4% de japoneses come carne de ballena, y lo hace "muy raramente", lo que convierte al país en un mercado moribundo para este producto.

Japón asegura que las ballenas se están comiendo todos los peces, a lo que Greenpeace contesta que las últimas 440 ballenas que fueron cazadas en el mar Antártico son del tipo minke, que no come peces, por lo que el argumento carece de validez.

Con todos estos datos en la mano ¿Por qué Panamá, donde hay santuarios balleneros que se han convertido en foco de atención ecoturística, aceptó darle el voto a los japoneses? ¿Qué hay de por medio? ¿Intereses específicos, falta de seriedad o simple y llana ineptitud?

Quienes pueden dar explicaciones al respecto ya están en Japón, donde en pocas horas se hará la votación. Así que solo nos queda esperar y ver los resultados.

PUNTO CRITICO

Imagen foto

 

linea

volver arriba

OTROS TITULARES

Imagen foto
Nuevo avión de COPA

Sin embargo, no apoyo a mi comunidad

Seguridad aérea

Carter en Cuba

Ciudad Gubernamental

 

linea
linea gris

| Primera Plana | Portada | Nacionales | Opinión | Económicas | Mundo |
| Deportes | Provincias | Variedades | Sucesos | Sociales | Ediciones Anteriores |
| Buscador de Noticias | Clasificados Epasa |

 

bandera de Panama
Ciudad de Panamá
Copyright © 1995-2002 Crítica en Línea-EPASA
Todos los Derechos Reservados