La puesta en práctica de una serie de medidas simples ayudan a ser más efectivo al comprar y almacenar frutas. La fruta es uno de los elementos esenciales en la alimentación de un ser humano. A pesar de su precio, siempre existe la posibilidad de economizar en esta partida del presupuesto doméstico. Para ello, basta con seguir una serie de consejos que ayudan a ahorrar.
Comprar la fruta en su estación correspondiente. Es más barata y está en sus mejores condiciones. Si se compra fruta sin madurar, se puede acelerar la maduración poniéndola en una bolsa de papel y cerrándola varios días. Para hacerlo aún más rápido, puede introducirse una manzana junto con la fruta que se quiere madurar. A la hora de comprar uvas conviene buscar aquellas que tengan un tono amarillento en la uva blanca; un tono carmesí en la roja; y uno bien oscuro, casi negro, en la uva chinche. Además, interesa elegir uvas que hayan estado refrigeradas. Los tallos deben estar húmedos, flexibles, y bien fijos a la fruta. Las manzanas de buena calidad son firmes, con piel limpia, suave y color rojo fuerte, a veces con un tono amarillenta. La consistencia firme se evalúa teniéndola en la palma de la mano, sin presionar con el pulgar.
En cualquier caso tienen que evitarse aquellas que tengan áreas blandas u oscuras. Si la piel se arruga cuando se desliza el pulgar sobre ella, es posible que la manzana haya estado refrigerada demasiado tiempo o no se la haya mantenido fresca en absoluto.
El melón de buena calidad ha de sentirse pesado para su tamaño. En la medida de lo posible, siempre debe elegirse uno que no tenga cicatrices, cortes, magulladuras o manchas.
Finalmente conviene evitar melones demasiado blandos y los que se ofrecen apilados, ya que pueden estar rotos por dentro. Por otra parte, el melón cortado debe conservarse envuelto para evitar pérdidas de vitamina C.
Los kiwis de buena calidad son más bien grandes, de piel suave, y levemente blandos al tocar cuando están maduros. Así que al adquirirlos hay que evitar los kiwis demasiado pequeños, los muy blandos, o los que tengan la piel dañada. Los duraznos de buena calidad son en general grandes, firmes a levemente blandos, y su coloración tiene un fondo amarillento o crema. La tonalidad rojiza no es un signo real de calidad. Evitar los duraznos demasiado pequeños, demasiado duros, demasiado blandos, o con la piel arrugada en el extremo de la rama. Los duraznos con un fondo verdoso fueron cosechados verdes y no maduran bien. Los mangos de buena calidad ceden levemente a la presión. El color es rojo oscuro y/o amarillo fuerte; apenas una tonalidad de verde. En general son mejores los mangos medianos a grandes. Si está maduro desprenderá un aroma frutal del extremo donde se unió a la rama (excepto cuando está frío). Evitar los mangos demasiado pequeños o demasiado blandos. Los mangos verdes pueden madurar si se los deja a temperatura ambiente.
Las frutas siempre conviene ponerlas dentro de bolsas plásticas para evitar la contaminación con otros alimentos en el carrito del supermercado. Luego, quitarlas de la bolsa plástica al guardarlas. |