Poderosa, ágil y altiva, así podría describirse al depredador del dosel del bosque, el águila harpía.
Esta majestuosa águila fue declarada como ave nacional a través de la Ley 18 del 10 de abril de 2002.
Los misterios que la rodean han hecho que muchas personas las estudien, como es el caso de la bióloga panameña Karla Aparicio.
Aparicio nos cuenta que la madre realiza el 90 % de la encubación que dura dos meses, durante este período el macho busca alimento para la hembra y la reemplaza cuando ella sale del nido a estirar las patas y las alas.
El pichón nace principalmente en la época seca y hasta los dos años se mantienen a solo 500 metros del árbol nido, luego de este período donde es cuidado por sus padres empieza a buscar su propio territorio.
Para este tiempo los padres vuelven al árbol nido para sacar al siguiente polluelo.
Una vez nace el pichón, la madre no se despega de él hasta los seis meses, donde el polluelo realiza sus primeros vuelos a las ramas del mismo árbol.
A los ocho meses ya el pichón vuela a las ramas de los árboles que están al lado del árbol nido y a pesar de que son alimentados por sus padres hasta los dos años, ya saben reconocer las presas y hacen sus primeros intentos por atraparlas.
Como depredadores del dosel del bosque se alimentan de animales que están en árboles muy altos, como es el caso de los monos, iguanas y perezosos.
La cantidad de harpías existentes en Panamá se desconoce, pero a través de un modelo digital utilizado por Aparicio se precisó cuánto habitad disponible hay para estas aves.
Los resultados arrojaron que en Panamá deben haber 209 parejas, de las cuales se conocen sólo 30, por los nidos en estado silvestre encontrados.
Aparicio, es miembro del Patronato Amigos del �guila Harpía, que tiene como objetivo educar a las comunidades para que ayuden en la conservación de esta ave nacional.
El patronato esta compuesto por instituciones gubernamentales, ONGs y empresas privadas, consientes de que se debe educar a la población para que proteja al medio ambiente.
Tres veces al año, publican la revista Arpija con información sobre esta ave, los bosques urbanos, entre otros artículos relacionados con la naturaleza. También distribuyen afiches en las comunidades.
Conservar y proteger esta ave nacional debe ser el objetivo de todos los panameños, por lo que el patronato busca actualmente propiciar un mayor acercamiento hacia los dirigentes comarcales para que ayuden a preservar el águila harpía.