Los territorios boscosos donde habitan las águilas harpías están fuera de las áreas protegidas, según los estudios realizados por la bióloga panameña Karla Aparicio.
La mayoría de estas águilas habitan en las comarcas indígenas, lo que hace imposible que se incluyan dentro de las áreas protegidas.
Como solución a esta problemática, Aparicio plantea que se debe llevar a cabo una estrategia de conservación que involucre a las comarcas y los propietarios de fincas privadas.