�Una mañana de mayo, Carlota estaba jugando en el jardín del orfanato cuando la directora la llamó a su despacho. �Te ha adoptado una familia, Carlota. Vendrán por ti mañana�, dijo....
�Carlota cruzó los dedos y pidió un deseo: "Espero que sea la mejor familia del mundo."
�Si la adoptaba una familia de pasteleros, viviría en una pastelería. Podría pasar el día entre tartas, torteles, bollos y bombones.... Sin duda, �una familia de pasteleros sería la mejor familia del mundo!
�Aunque pensándolo mejor... si la adoptaba una familia de piratas, viviría en un barco pirata. Podría navegar por los siete mares... y buscar tesoros de doblones de oro....
�Aunque pensándolo mejor... si la adoptaba una familia de domadores, viviría en un circo. Podría pasar el día jugando con los tigres.... Sin duda, �una familia de domadores sería la mejor familia del mundo!
�Aunque pensándolo mejor... si la adoptaba una familia de astronautas, podría visitar todos los planetas.... Sin duda, �una familia de astronautas sería la mejor familia del mundo!
�Con sorpresa, Carlota miró la ventana y descubrió que ya se había hecho de día. �Había pasado la noche entera sin dormir y su nueva familia ya había llegado a buscarla!
�Los Pérez.
�Leonor, la nueva madre de Carlota, es funcionaria de correos. No es pastelera, pero todas las tardes al volver del cole, nunca se olvida de comprarle a Carlota una enorme palmera de chocolate para merendar.
�Roberto, el nuevo padre de Carlota, es agente de seguros. No es un pirata, pero le encanta jugar con Carlota a buscar tesoros escondidos en el descampado del barrio.
�Elvira, la nueva abuela de Carlota, está jubilada. No es domadora de tigres, pero tiene dos gatos, Bigotes y Bruno.
�Pedro, el nuevo hermano de Carlota, estudia en el mismo colegio que ella. No es astronauta, pero ha decorado el techo del dormitorio con estrellas que brillan en la oscuridad para que él y Carlota puedan contarlas antes de dormir.
�Y así, bajo el cielo estrellado de su habitación, Carlota había conseguido la mejor familia del mundo.�
Este cuento de la escritora Susana López Rubio resalta la gran importancia que tiene el formar parte de una familia, así como la noble opción que es la adopción en los casos de niños que no tienen ninguna. Ahora sólo falta que más padres de familia decidan adoptar a uno o más niños, siguiendo así el ejemplo de nuestro Padre celestial, que por su gran amor �nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos� a fin de que formáramos parte de su familia divina.