Los cambios que en su equipo de trabajo ha realizado el presidente de la República, Martín Torrijos, han provocado reacciones y la mayoría de ellas consideran que no se han llenado las expectativas.
Pero Torrijos no ha seguido el camino tradicional y no ha nombrado a estos nuevos colaboradores con propósitos políticos. Este ha sido un buen paso si se pretende garantizar la transparencia del proceso electoral que se avecina, no sólo en su partido, sino también para decidir quién regirá los destinos del país.
La historia de nuestro país está manchada por numerosos fraudes electorales que fueron gestados por los gabinetes políticos, que utilizaban los fondos públicos para favorecer al candidato oficialista.
Creemos que existe una buena razón para ponderar la decisión del presidente: la necesidad de aislar al gobierno de un proceso político electoral y mantenerlo dentro de su propuesta original, cuando aún queda mucho por hacer y se deben dar respuestas a los grupos menos favorecidos, a las comunidades deprimidas y a los diversos sectores vulnerables de la población.
Torrijos ha demostrado que continuará trabajando para dar solución a estos sectores, manteniendo activa la cartera de la inversión social para así acercarnos a los niveles de estabilidad y paz que tanto requiere el país.
El anuncio del nuevo equipo de trabajo permite establecer diferencias con el pasado, ya que ahora el presidente no interviene para designar un sucesor, lo que permite el funcionamiento de la democracia interna de su partido donde, quien tenga aspiraciones políticas, puede postularse o ser postulado a cualquier cargo, lo que robustece la participación de las mayorías al momento de tomar decisiones.
Al analizar los recientes nombramientos, nos queda claro que no hay posibilidad de que el proceso electoral del 2009 sea empañado por fraudes o manipulaciones. Un ejemplo de lo que decimos es la designación del ex presidente del Sindicato de Industriales de Panamá, Gabriel Diez, quien no pertenece al Comité Ejecutivo Nacional del PRD y tampoco se ha identificado con ninguno de los actuales precandidatos de este colectivo.
La experiencia en el sector de la construcción permitirá a Diez llevar a cabo una labor eficiente en el campo gubernamental y le dará un movimiento coherente y sostenible a los programas elaborados para dar soluciones de vivienda.
En esa misma dirección, la designación de Boris Barrios como Fiscal Electoral servirá de garantía de neutralidad en el proceso electoral, ya que en su trayectoria periodística no se caracterizó por ser precisamente un incondicional del partido gobernante.
Estos cambios representan la garantía de transparencia electoral y de que si gana el oficialismo no ha sido por la intervención del Ejecutivo, algo contrario a elecciones pasadas cuando ese órgano del Estado intervenía en el escogimiento del candidato, lo que en las elecciones pasadas no pudo dañar el proceso debido al arrollador triunfo de Torrijos.
La decisión de Martín Torrijos demuestra cómo debe ser la actuación de un mandatario en un año preelectoral. No sabemos lo que decidirán los panameños en mayo del próximo año, pero de lo que sí estamos seguros es que esta actuación nos recuerda el esfuerzo de gobernantes considerados verdaderos estadistas por preservar la paz social a partir de un proceso electoral donde no asome una sola duda.
