Por qué no habla de las culebras de dos patas, me preguntó el jubilado que vende frutas y lotería en el correo de Carrasquilla. Comprendí que su sugerencia era adecuada. El se refería a mi artículo sobre las culebras que hay en Panamá y en el Valle de Antón, que salió el mes pasado.
Comentó algunos casos de panameños que realmente "dejan chiquitos con su actitud negativa", a las víboras mortales que hay en nuestras selvas.
Le agradecí su colaboración. En mi cabeza comenzaron a circular muchos ejemplos de esos compatriotas que se merecen el título de "culebras de dos patas".
Uno de ellos se dedicó a hacer llamadas anónimas para destruir el matrimonio de una dama, que no le hizo caso a sus insinuaciones.
Tremendo problema causó a dos familias. Esta angustia llevó a una de las personas a la depresión y atención médica. Casi pierde su empleo.
Otra "culebra" humana le quitó el novio a "su mejor amiga" sin ningún asco.
En la politiquería criolla abundan casos de estos "animales". Se la pasan dándole empujones y zancadillas a otros para quedar en "la papa".
Algunos inventan malas acciones para denigrar al contrario. No les extrañe que hasta documentos falsos sean utilizados por estas culebras de dos patas politiqueras.
He visto a nietos gritarle a sus abuelos (as) y decirles que estorban en la casa.
No les extrañe que algunos jovencitos descarriados le entren a golpes a sus padres. ¡Qué culebras son!
Algunos "hijos" no tienen ningún reparo en quitarle el cheque de jubilación a su padre. "Es que yo lo necesitaba más que él que ya está viejo", pensarán sin ningún remordimiento.
Aquellos que hacen "falso testimonio" no tienen perdón de Dios, como dirían en Las Minas, de Herrera.
Conocí el caso de un joven que juró ante el juez que había tenido relaciones íntimas con una muchacha, cuando eso era falso.
"Yo no iba a permitir que mi amigo fuera a la cárcel acusado de seducción", me dijo hace años como excusa. ¡Y se salió con su maldad, pues absolvieron al amiguito seductor!
También ponga como "culebra de dos patas" los parientes que se quedan con dinero de una herencia y no la reparten con justicia.
Los que inducen a otro a las drogas. Toman fotos de conocidos (as) en situaciones delicadas y las pasan por Internet, son culebras humanas.
En los zoológicos deberían tener algunos de estos especímenes. ¡Serían tremenda atracción, sin duda alguna!