Al inicio de cada año, tanto en las oficinas públicas como privadas, se manifiesta el deseo de crear cooperativas con el fin primordial de tener unos ahorros para las festividades de fin de año. Muchas de esas "cooperativas" distan muy poco de cumplir con las bondades de la doctrina o filosofía del cooperativismo, en cuanto a solidaridad y ayuda mutua.
Prestar dinero a un interés muy alto, rayano en el agiotismo, o que al término del plazo estipulado para repartir los ahorros éste se le haya "perdido al que fungía como tesorero, no está dentro de los valores del cooperativismo.
Se dice, y así es, que el cooperativismo tiene entre sus fines servir a todos sus miembros, en primera instancia, sin olvidar a los de la comunidad en la que despliega sus actividades.
Por ello, cuando se habla de cooperativas, éstas deben estar legalmente constituidas; cumplir con las disposiciones que señala la Ley No. 17 de 1 de mayo de 1997, que establece el régimen especial para su funcionamiento.
El artículo 14 de la mencionada Ley señala que: "toda cooperativa se constituirá en Asamblea que celebrarán los interesados, en la que se aprobará el Estatuto, se suscribirán las aportaciones y se elegirán, en forma escalonada la Junta de Directores, todo lo cual constará en el Acta de constitución".
¿Significa ello que un número indeterminado de personas puede fundar una cooperativa?
El mismo artículo citado determina que: "el número mínimo de fundadores será de veinte asociados, pero podrá aceptarse una cantidad menor autorizado por el IPACOOP.
Como debe ser del conocimiento general y en especial de los cooperativistas, "las cooperativas constituyen asociaciones de utilidad pública, de interés social y de derecho privado; y el ejercicio del cooperativismo se considera un sistema eficaz para contribuir al desarrollo económico, al fortalecimiento de la democracia, a la equitativa distribución de la riqueza y del ingreso".
Quisiéramos ver que el actual gobierno pusiera más atención a estos postulados y se fomentara, que es una de las razones de la existencia del IPACOOP, la creación de cooperativas, muchas más de trabajo y de servicios múltiples.
Y cambiando un poco el tema de nuestra columna, pero como cooperativista y ciudadano que, como el que más, sufre las consecuencias de las privatizaciones de algunos servicios públicos, nuevamente nos quejamos del alza indiscriminada de la luz.
Y ya no sólo es el alza mensual de la luz, aún cuando se tomen todas las providencias para ahorrar energía eléctrica y los reclamos sean inútiles, porque contrario a lo que indican las pautas publicitarias, en este caso siempre la empresa tiene la razón; ahora con la cuenta nos envían un folleto instándonos a pedir prestado en una financiera, seguramente vinculada a ellos. ¡Que irrespeto!