El Ejército de Uzbekistán recuperó la sede del Gobierno en la ciudad oriental de Andizhán, liberó a los rehenes y desalojó a los manifestantes que la habían tomada, informó la policía.
Los manifestantes huyeron en medio del pánico después de los disparos que comenzaron cuando un camión lleno de soldados y un transporte blindado de personal llegaron al lugar.
Algunos manifestantes habían exigido la renuncia del presidente Islam Karimov. Las autoridades insistían en que el gobierno sigue controlando la situación.
Los islamistas acusan a Karimov de autoritario y pretender perpetuarse en el poder hasta más allá de 2007, año en que debe dejar la presidencia.