El presidente de Bolivia, Evo Morales, convocó para el 10 de agosto un referéndum para revocar o ratificar su mandato, el de su vicepresidente y el de los gobernadores regionales, al promulgar una ley relativa a esa consulta.
En un acto celebrado en el Palacio de Gobierno de La Paz al que asistieron todos los ministros, Morales recordó que ese referéndum revocatorio será el primero en la historia de Bolivia y subrayó que debe servir para que el pueblo "juzgue" y diga "su verdad" sobre la labor de las actuales autoridades.
El presidente pidió además a la Corte Nacional Electoral que garantice la "transparencia" de la consulta y afirmó que el proceso será "totalmente abierto" para que observadores de la comunidad internacional puedan "participar activamente".
El pasado jueves, el Senado aprobó de forma sorpresiva y por unanimidad la ley para convocar a un referéndum en el que los bolivianos deberán decidir si quieren que Morales, el vicepresidente Alvaro García Linera y los prefectos (gobernadores) regionales continúen en sus cargos.
El propio Morales presentó el proyecto de ley sobre la consulta revocatoria al Congreso en diciembre pasado, cuando el país vivía una conflictiva situación vinculada al proceso constituyente.
La Cámara de Diputados, controlada por el oficialismo, aprobó en enero ese proyecto, que después se estancó durante varios meses en el Senado, de mayoría opositora. En el referéndum del 10 de agosto se preguntará a los bolivianos si están de acuerdo con "la continuidad del proceso de cambio" encabezado por Morales y su vicepresidente, así como con la permanencia de los gobernadores.
JUGADA: 3 PLAZOS
El gobierno tiene de tres a seis meses para llamar a elecciones anticipadas si Evo Morales no logra obtener más del 53.7% de los votos para ser ratificado en el cargo como mandatario.
Esta es la única salida que tiene el país para salir de su crisis política.