Tuve el privilegio de estrenar la televisión aquel mes de marzo de 1960 junto al incomparable Víctor Martínez Blanco, siendo los dos únicos sobrevivientes que aún cabalgamos en la tecnología televisiva. El "Fat" Fernández dirigía el noticiero junto a Tommy Cupas, Jorge Carrasco, Carlos Reyán, "Lucho" Botello también se emitía un extraordinario programa "El mundo al vuelo" con la extraordinaria participación de la excepcional voz del desaparecido compañero Sixto Luna. Las noticias fueron un apéndice de gran valía para ese canal y los que vinieron. El Canal 2 estaba próximo a inaugurar anunciaba con "bombos y platillos" a Lindy Paredes como gerente general y a un experimentado periodista como director del informativo don Mario Velásquez.
Nadie pudo imaginar que esa imagen se iba a proyectar con creces, dada la personalidad y el virtuosismo del eximio y carismático comunicador. A lo largo de los años fue tomando experiencia como conocedor de la política nacional e internacional a tal punto que ha menudo fue receptor de consultas del gobierno local por sus conocimientos en estrategias a nivel de los países de la región.
Por esa situación que no llega a los mandos medios, el formidable poseedor de la pluma dorada fue nombrado embajador en Inglaterra, precisamente cuando Televisora Nacional cumplía 20 años de fundada y que por razones desconocidas fue ignorado en su profesión y como alto ejecutivo del canal.
Tuve como relacionista la atinada osadía de mandarle un cable, felicitándole por tan gran acontecimiento y el amigo Mario, nunca olvidó la deferencia. Un par de años después a su regreso al país y a su "Alma máter", se le nombró gerente general.
Fue una época muy dura, llena de conflictos tanto sociales como políticos. A todo esto se sumaron los vaivenes en los medios de comunicación y se le honró encargándolo de un programa estelar de KW Continente. Aquí marcó toda una época haciendo gala de su inconfundible voz y su decidido tino para señalar errores.
Hoy me entero de que el Maestro, salió casi intempestivamente del hogar radiofónico que nos permitió por algunas décadas conocer de la sabiduría de un excelente miembro de la pléyade de poetas de la prensa. Espera turno para volver a engalanar en las ondas hertzianas sus conocimientos.
Don Mario Velásquez es un ejemplo de bisoños radioperiodistas que deben ser orgullo de los panameños siguiendo sus huellas. Permítame seguir en la nómina de sus amigos y admiradores, Mario es un orgullo para la profesión y sus amplios conocimientos no deben quedar en hojas sueltas, habría que hacer un señalamiento de tipo gubernamental para ubicarlo en el sitio que bien merece sin egoísmos. Demos honor a quien honor merece.