Como todo en la vida hay cosas buenas y malas, pero casi siempre se escucha lo malo, y por ello en la Policía Nacional en Los Santos existe un oficial que es digno de imitar y seguir.
Ese es el Mayor Arquímedes Vargas Macías, no es santeño, es oriundo de Río Abajo, ciudad capital y hace aproximadamente dos años se encuentra como segundo jefe de la Zona Policial de Los Santos.
El mayor Vargas es apreciado por sus colegas, no por el hecho de que sea uno de los jefes, sino por su don de gente y por lo que es afirmado por muchas personas, incluyendo a los medios de comunicación, ya que el mayor Vargas, siempre es amable con quienes trata en un algún momento.
En la Policía Nacional lleva 17 años, pero a los 26 años recuerda que cansado y agobiado de tantos problemas, lo motivó a buscar a Dios, desde entonces se entregó a los mandamientos de nuestro señor Jesucristo y a todos sus amigos y colegas les habla de la palabra, eso sí "si la persona se lo aprueba".
Para este ciudadano llegar a lo que hoy día es, no fue fácil, aún recuerda su niñez, cuando lavaba el carro de su vecino para ayudarle a su madre, con algunos realitos, pues ellos no eran personas pudientes.
Uno de los recuerdos más impactantes, para el mayor Vargas fue en la ciudad de Panamá, cuando un gringo mató a la esposa de un disparo en la frente y ésta tenía entre sus brazos a una bebé, cuando él llegó, la bebé se estaba muriendo ahogada por la sangre que emanaba del cuerpo de su madre "fue muy duro, es lo más impresionante, que me ha tocado" agregó.
Y si hay que hablar de lo bueno, él considera que el compartir con muchas personas, es lo más bonito, porque se hacen amistades muy buenas, tanto dentro como fuera de la Policía Nacional.
Uno de su mayores deseos es conocer verdaderamente a Dios, al igual que ver a mis hijos y nietos que sean hombres que sirvan a Dios y a la Nación.
Muchas veces algunas personas catalogan a los policías como malos, pero la diferencia la hacen personas como el Mayor Arquímedes Vargas, un ciudadano que sirve a Dios, a su país, con una sonrisa sincera y llena de amabilidad para todo el que le solicite.