La desolación y la cantidad de caminos clandestinos que existen entre la frontera de Panamá con Costa Rica, en el sector de Barú, mantiene preocupados a los moradores de estas comunidades.
Modesto González, representante del corregimiento Rodolfo Aguilar Delgado, explicó que han ocurrido casos que evidentemente reflejan la necesidad de la seguridad que se requiere en estas comunidades.
INSEGURIDAD
En el 2007, un ciudadano murió en el suelo panameño, después de recibir disparos en su cuerpo mientras conducía una motocicleta en medio de caminos solitarios.
A pesar de las investigaciones nunca se conoció quien fue el responsable de este homicidio. Los moradores de esta región saben que hay lugares peligrosos en los cuales no se puede transitar a altas horas de la noche.
En el lugar conocido como La Brujita, después de las 4:00 p.m, es tierra de nadie, donde los residentes aseguran que allí le roban las medias sin quitarle los zapatos.
Algunos residentes de esta comunidad de La Brujita sostienen que la ola de delincuencia, tráfico de drogas y robo a mano armada que se registra en una comunidad, que se encuentra entre Panamá y Costa Rica.
Se han registrado casos de personas que cobran los días de la quincena están expuestos a cualquier fechoría y hasta perder la vida.
Aquí solo una carretera de piedra divide a ambos países y los residentes piden que se instalen cuarteles en la misma zona fronteriza, para minimizar estos robos.
NEGOCIOS TICOS
La Brujita es un área donde se encuentran negocios de costarricenses, que le venden víveres a los panameños, es el paso más cercano para cruzar la línea fronteriza entre las comunidades que están próximas a la zona bananera y se ubica a solo tres minutos de una de las carreteras que va para las fincas, donde se produce banano.