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Guiar a un hijo hacia lo que consideras bueno es una de las mayores satisfacciones que se pueden lograr.  |
Las estadísticas indican que en algunos países cada vez se tienen menos hijos y más tarde, es decir, cuando la pareja ya ha pasado un periodo de tiempo conviviendo sin descendencia. En otros tiempos, tal tendencia en el índice de natalidad hubiera sido impensable, pero en la actualidad, tener hijos ha pasado de ser una obligación a una opción libre y personal.
Tras una reflexión sincera y profunda, algunas parejas encuentran suficientes razones para decidir no tener hijos mientras que otras afrontan con ilusión el reto de tenerlos.
A continuación enumeramos algunas de las respuestas que con más frecuencia dan las mujeres a la pregunta: ¿Cómo es que aún no han encargado un bebé?
No siento el instinto maternal, ni la necesidad en ningún aspecto, de tener descendencia. No tengo posibilidad de ofrecer a un bebé, el tiempo y la dedicación que necesita para crecer sano y feliz.
No descarto la idea de tener hijos en un futuro, siempre que antes me haya asegurado un trabajo estable y haya sacado adelante algunos proyectos profesionales. · Antes de tener un bebé me quedan muchas cosas que hacer en la vida, a las que no deseo renunciar. Primero necesito madurar, sentirme bien conmigo misma y haber vivido lo suficiente como para ser una buena madre.
Me da miedo el parto y los trastornos que supone el embarazo. Si en un futuro siento con fuerza el instinto maternal, me decidiré por la adopción.
Soy una persona muy independiente y me gusta vivir a mi aire, improvisando. Cuando tienes un hijo tienes que adaptarte a sus necesidades y creo que no sabría educarle adecuadamente.
Tanto mi pareja como yo, necesitamos trabajar para vivir y entendemos que lo de los hijos es algo muy difícil de conciliar con la vida laboral y social. Y aquí las respuestas más frecuentes de las mamás cuando se les pregunta:
¿Mereció la pena tener hijos? Cuando tienes hijos descubres facetas de ti misma que desconocías antes. Mis hijos han contribuido a mejorar mi autoestima y la confianza en mis cualidades.
La maternidad ha sido para mi como un aprendizaje de vida. Me ha ayudado a madurar como persona. Descubrí que al sacrificar mi tiempo por atender a mi hijo, me llenaba una inmensa alegría proveniente de estar pensando en otro, antes de en uno mismo.
Mi hijo me llena de orgullo porque ha llegado a donde yo no pude llegar y me siento contenta de haber contribuido a ello. Cuidar a un hijo, acompañarle en sus juegos, disfrutar a su lado te ayuda a recordar la inocencia y espontaneidad natural del niño que todos llevamos dentro.
Tener a mi hijo me ha ayudado a darme cuenta de lo que verdaderamente es importante y lo que no. Me he dado cuenta que ha merecido la pena tener hijos, ahora que ya se han hecho mayores y están ahí para lo que necesites aunque ellos hagan su propia vida. Ahora además de mis hijos, son también buenos amigos. |