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Yarisel pedía a Dios justicia. Aunque su hijo padecía de asma, ella cree que hubo mano criminal en el deceso de Irving.  |
Dolor en su máxima expresión. Así se resumen las honras fúnebres del niño de cinco años Irving Joel Abrego Barría, quien 24 horas después de desaparecer de su hogar en el sector pacoreño de los Caminos de Omar fue encontrado asfixiado dentro de un vehículo viejo estacionado cerca de su residencia.
Su madre Yarisel Barría no paraba de llorar. Se desmayó dos veces: una en la iglesia de Los Santos Mártires -donde se ofició la misa- y otra vez en el cementerio de Concepción, Juan Díaz.
Un grupo de amiguitos de Irving cargaron el féretro hasta la tumba. Su hermanita portaba un ramo de flores y le prometió al difunto visitarlo siempre. No te olvidaré hermanito, dijo la niña, quien al igual que su madre estaba inconsolable. |