Es un crimen acabar poco a poco con el cerebro, un órgano tan perfecto, que controla y coordina el comportamiento de las funciones corporales y mentales.
Todo ser humano debe ejercer un esfuerzo constante, de toda la vida, para mantener las destrezas de pensamiento conceptual, necesarias para una vida saludable física y mentalmente.
En cambio, optan por la pereza física y mental, que no es más que abandonar las funciones claves humanas necesarias para tener independencia, auto-supervivencia y éxito.
Cosas tan elementales, hay personas que la transforman en un mundo de problemas sin resolver, sin siquiera hacer el intento por ejecutarla.
Lo más curioso de este tipo de personas, es que son las primeras que quieren ser tomadas en cuenta para una plaza de empleo, un ascenso, para un prestigioso proyecto o para confiarle un trabajo muy importante.
Pero aunque no lo crean, logran subsistir, ya que siempre encuentran a alguien en quien recostar su incapacidad.
Otro punto que los identifica es que viven dentro de una piscina de errores que jamás corregirán, considerando que no utilizan el pensamiento lógico, independiente y habitual que les permita discernir lo que hacen mal, y para colmo de males, cuando alguien se digna en comunicarle su problema, se molestan y le toman mala voluntad al que trató de ayudar.
No obstante, todo tienen un final, ya que lastimosamente la persona se va haciendo gradualmente más incompetente para desempeñar cualquier trabajo, hasta el punto de quedar estancado en un abismo sin aspiraciones, sin sueños, deseos, logros y metas. Es decir, se cierran todas las puertas al éxito, que hay muchas, y dejan abierta la que conduce al fracaso.