Todavía el alba no se asomaba la madrugada de ayer viernes, en la 24 de Diciembre, cuando el inquilino Gabriel Abadía, de 27 años, decidió suicidarse. Hecho que mantiene a los moradores del lugar como a sus familiares consternados.
Abadía, darienita de pura cepa, vivía con su conjuge, Mariela Maritza Valdez, de 27 años, y sus dos hijastros, en la residencia alquilada Nº 17A del sector Nº1 de la 24 de Diciembre, lugar que eligió para quitarse la vida.
La víctima trabajó durante tres años como eventual, en el departamento de embutidos de un comercio en Calidonia y fue despedido el jueves 22 de abril, dijo su mujer.
LOS DETALLES
Eran las 3:00 a.m. cuando la vecina, del fallecido, Silvia, quien estaba dormida, escuchó un estruendo en la parte de atrás de su humilde cuarto. Pero según sus propias palabras no prestó mayor atención a la anomalía y siguió acostada.
Tres horas después, salió a bañarse y encontró el cuerpo sin vida de Gabriel Abadía, colgando de un árbol de ciruela que está detrás de la letrina.
Un cable de teléfono fue la herramienta que utilizó la víctima y uno de los cantos apretaba su cuello, mientras que el otro estaba atado al árbol tropical; recordó la propietaria del inmueble.
Arriba de un fogón de barro, dejó las botas el darienita, quien cargó un tanque de 25 botellas para treparse y suicidarse.
POSIBLE MOVIL
Por las deudas que tenía el ex empleado de un almacen, probablemente se mató, ya que cuanto cobraba era poco y no alcanzaba para nada, dijo Mariela Maritza.
Mariela recordó que siempre que conversaba con él, éste se deprimía y que el miércoles pasado, última vez que lo vio, fue cuando se dirigió a cobrar la liquidación, pero no regresó más, hasta ahora.